Cerca de uno de cada 10 adultos en edad laboral en Estados Unidos tienen un dominio limitado del inglés, más de 2,5 veces que la cantidad en 1980, lo que disminuye sus prospectos laborales y su capacidad de contribuir a la economía.
Dos tercios de las 19,2 millones de personas que tienen un inglés limitado son hispanohablantes. Sin embargo, los asiáticos y polinesios son los más propensos a tener un dominio limitado en relación al tamaño de su población total, según un nuevo informe generado por el programa de política metropolitana del centro de estudios Brookings Institution. 


Los trabajadores migrantes y sus hijos generarán la mayor parte del crecimiento de la fuerza laboral estadounidense en las próximas décadas, muestran proyecciones independientes. Por lo tanto, invertir en la enseñanza del inglés es "crucial para desarrollar y mantener una fuerza laboral capacitada", indica el reporte del centro de estudios progresivo con sede en Washington.
"El dominio del inglés es un fuerte predictor de la posición económica entre los inmigrantes, independientemente de la cantidad de educación que han recibido, y está ligada a un mayor éxito académico y económico de los hijos de los trabajadores", afirmó Jill H. Wilson, autora del estudio.
Alrededor de 45 millones de personas en Estados Unidos, o más de 20% de los adultos en edad laboral —que abarca de los 16 a los 64 años de edad— hablan otro idioma además del inglés en casa, según la Oficina del Censo de EE.UU. Aunque más de la mitad hablan bien el inglés, muchos de ellos batallan con el idioma.
Empleando datos del sondeo American Community de la Oficina del Censo, Brookings calificó las zonas metropolitanas de EE.UU. según el tamaño y el porcentaje de la población que tiene un dominio limitado del inglés y el crecimiento de esa población en años recientes.
Aunque la mayoría de los adultos con dominio limitado del inglés viven en grandes zonas metropolitanas, que son tradicionales imanes de inmigrantes, sus números han crecido marcadamente en zonas metropolitanas más pequeñas que empezaron a absorber más recientemente a inmigrantes de América Latina y refugiados de Asia, África y Medio Oriente.
En Los Ángeles y Miami, alrededor de un cuarto de la población en edad laboral tiene un inglés escaso. En el área de Nueva York, 18% de la población son habitantes con un inglés limitado.
Ciudades más pequeñas, como Indianápolis y Omaha, Nebraska, por primera vez están enfrentando los retos de tener grupos grandes con un inglés limitado. En Indianápolis, la población con un control escaso del idioma se disparó 99% entre 2000 y 2012; en la zona metropolitana de Omaha, esta población ascendió 95% durante ese periodo, mostró el estudio.
"Podríamos operar las 24 horas del día y los siete días de la semana, y no alcanzar a todos los que necesitan y quieren nuestros servicios", expresó Mary Petersen, directora de la Language & Culture School of Omaha, una organización sin ánimo de lucro que arrancó en 2006 y que ofrece clases de inglés en sus instalaciones y en compañías.
La carencia del inglés no impide que los trabajadores inmigrantes consigan empleo. Sin embargo, las personas que dominan el idioma reciben mayores ingresos en todos los niveles de educación, señala el informe.
Becky Rogers, una activista de la comunidad en Huron, en Dakota del Sur, dice que ha visto a inmigrantes originarios de América Latina que aprenden inglés pasar de puestos bajos a puestos avanzados en la construcción, la manufactura y el mantenimiento.
La demanda por clases de inglés gratuitas o de bajo costo supera la oferta en Boston, Los Ángeles y otras ciudades. El acceso a la educación es un obstáculo para los inmigrantes que no pueden costear el precio de las clases, y el financiamiento federal y estatal no se ha mantenido al ritmo del influjo de inmigrantes, anota el informe.
Los estudiantes potenciales a veces enfrentan retos con el transporte y el horario si tienen trabajo, indicó Kari Fritz, coordinadora de inglés en Exodus Refugee Immigración, una entidad sin fines de lucro en Indianápolis para refugiados.
Ya que no todos los inmigrantes cuentan con un inglés limitado y el dominio mejora con el tiempo, la población que no lo controla no ha crecido con la misma rapidez que la población extranjera total. A pesar de que el porcentaje de la población extranjera de edad laboral aumentó a 16% en 2012 de 7% en 1980, la proporción con un inglés limitado era de 9,3% en 2012, precisa el informe.
Los somalís Abdikarim Omar, de 32 años, y su hermana Hana, de 21 años, ya sabían algo de inglés cuando se mudaron a Indianápolis recientemente. Actualmente, toman un curso de inglés avanzado en la entidad de reasentamiento de refugiados. Omar apunta que le ha ayudado a llegar al nivel en que puede comenzar a entrevistarse para trabajos en informática, su campo de interés. Su hermana dice, "estoy mejorando cada día" y espera inscribirse en la universidad y trabajar a media jornada en los próximos meses.